jueves, 5 de agosto de 2010

5 Encuentro Anual de Kayakistas Isla Martin García 2010.

Entre el 1 y 4 de abril se celebro el Quinto Encuentro Anual de Kayakistas Isla Martin García 2010 del cual participaron doscientos ochenta kayakistas de distintas partes del país. La camaradería, amistad y la excelente organización hicieron que este evento fuese una fiesta total.



Los Pesteros nos reunimos el miércoles 31 en la rampa del Club Hispano a orillas del rio Lujan. La mañana estaba soleada y con sus mochilas al hombro comenzaron a caer los integrantes de este lindo grupo de kayakistas. Entre las chicas se encontraban Mónica, Vicky, Karina, Paula, Gabriela, Verónica y Megan Borchert estudiante de castellano proveniente de Wisconsin (Estados Unidos) y entre los muchachos Alfredo, Gabrielito, Hernán, Matías (de Berisso), Mauricio, Sergio, Richard y el que escribe estas líneas.
A las once de la mañana, previo a un sorteo de artículos que había traído Mónica y de una repartija de huevos de pascua que trajo Richard, nos pusimos a remar. Cruzamos el Lujan y luego el derrotero de siempre, rio Sarmiento al que encontramos casi desierto por ser día de semana, arroyo Espera, arroyo Gaviotas, arroyo Rama Negra y rio Capitán donde tuvimos que palear con esfuerzo debido a que la corriente estaba bajando con fuerza. La primera parada de descanso y almuerzo la realizamos en Pehuén, parador frecuentado por nosotros todos los fin de semanas. Aquí comimos milanesas de pollo, pizza y unos ricos helados de postre. Alrededor de las tres de la tarde y con treinta grados de temperatura remontamos el Capitán. La corriente estaba en contra y el GPS de Matías apenas marcaba 3 km/h, para hacer menos esfuerzo remamos bien pegados a la costa. Luego de una hora de paleo alcanzamos el Paraná de las Palmas, esperamos a que pasen los barcos que navegaban por el y ocho kayaks entre triples, dobles y simples cruzamos el ancho rio.




Cuando ingresamos al arroyo Capitancito alegremente saludamos a Guadalupe (niña isleña alumna de la escuelita de arroyo Felicarias) que se encontraba con su familia arriba de una lancha. Continuamos remando disfrutando de los sonidos de la isla y de los colores que el otoño va pintando sobre los arboles y plantas de este maravilloso paraje de la segunda sección. Con corriente a favor tomamos el arroyo Durazno y Aguaje del Durazno hasta llegar a la boca del Chana donde nos detuvimos para observar los Bajos del Temor y el Rio de la Plata. Mientras remontábamos el Chana que como de costumbre lo teníamos en contra el sol fue cayendo lentamente. El día iba llegando a su fin y aun nos faltaban cinco kms para llegar al Mini. En la Bonita, la casa que bajamos siempre, paramos nuevamente para estirar las piernas, tomarnos unos mates y descansar para encarar el último tramo. Sacamos las luces frontales por que ya se hacia de noche y empezamos a palear. Atrás mío venia el grupo y sus luces semejaban a bichitos de luz volando en la oscuridad. Al cabo de una hora y con la luna llena brillando en el cielo brindándonos un espectáculo emocionante y único arribamos al Club Motonáutico en el Paraná Mini.
Desembarcamos y subimos los kayaks al terreno. Muy amablemente nos recibió Alberto y nos acomodamos. Algunos armaron las carpas y otro decidimos por los dormis. Ya bañados y mientras esperábamos en el muelle que el resto termine fueron cayendo otros grupos de palistas, todos provenientes de Tigre.
Como a las diez nos reunimos en el salón comedor donde compartimos charla y anécdotas con kayakistas amigos. La cena estuvo deliciosa de entrada pizza casera, seguidos ñoquis con salsa y de postre panqueques con dulce de leche. Como ya teníamos sueño y estábamos cansados nos fuimos a dormir.




A la mañana siguiente me desperté temprano y me dirigí hasta el muelle para sacar algunas fotografías del amanecer, como todavía no había nadie con quien conversar me fui a dormir otra vez. A eso de las nueve nos levantamos y desayunamos al lado del rio bajo el cálido sol, mientras tanto los distintos grupos de kayakistas se iban preparando para salir temprano hacia la isla. A las diez de la mañana ya teníamos los botes estibados y nos pusimos a remar. Con buena velocidad empezamos a bajar por el Mini alcanzando a los demás palistas. Cuando llegamos a la desembocadura viramos a la izquierda y encaramos los Pozos del Barca para realizar el primer cruce. Remamos entre los juncales con poca agua y entre el salto de los peces que se asustaban al presenciar el paso de los kayaks. El cielo estaba encapotado pero el leve viento fue despejando el cielo para dar paso de nuevo al sol. Antes de emprender el cruce del Buenos Aires paramos al lado de los juncales e hicimos balsa para descansar y comernos algunos sándwiches e hidratarnos. Aquí estábamos los Pesteros, el Hipi, Claudito Darco con su novia y amigos, Pedro, Mariana, Rodrigo y Gustavo todos amigos del rio.
Luego de la breve pausa orillamos por la margen izquierda del Canal Lancha Petrel hasta que divisamos la isla y comenzamos a cruzar. Con muchas ganas y felicidad, por sobre todo de los que debutaban fuimos alcanzando la isla. Tocamos Martin García a las dos de la tarde junto a los amigos de Escobar que venían de Timoteo Domínguez.



Caminando por el pantanoso barro de la entrada y con esfuerzo llevamos los botes hasta la entrada. Esta vez todo fue más fácil ya que no hizo falta trasladar los kayaks hasta la cárcel y pudimos dejarlos en el parque. Enseguida me anote con Prefectura, sacamos los bártulos de los tambuchos y en dos o tres viajes llevamos todo hasta el camping. Ya instalados armamos las carpas y nos sentamos a descansar y a disfrutar de la mateada. Otro día se iba despidiendo y nos dirigimos hasta el muelle para observar el hermoso atardecer. Los mosquitos estaban muy insoportables obligándonos a abandonar el lugar. En la entrada vimos a los últimos palistas que llegaron a la isla.

Por la noche y como hacemos todos los años cenamos en el Comedor Solís, donde José y Marita nos atendieron de maravillas y donde pudimos deleitar los paladares con milanesas, pasta y boga a la parrilla, de postre flan casero y el infaltable cafecito. Satisfechos por la exquisita comida nos fuimos un rato para el pool a tomar unas cervezas. Acá no paramos de reírnos ya que Diego cuando agarro su silla se encontró con una bombachita que alguien se olvido colgada en el respaldo. La chica del bar se moría de vergüenza y echaba la culpa del olvido a su padre. A Diego no podíamos dejarlo de gastar. Bajo la luna llena que brillaba como la plata, emprendimos el camino hasta las carpas para irnos a descansar.
La mañana del viernes Santo despunto con algunas nubes que presagiaban lluvia. Alrededor de las carpas encendimos los calentadores para preparar el desayuno y el mate fue pasando de mano en mano y las facturas y el pan dulce también. Entre charla y risas nos aprontamos para ir a recorrer la isla ya que había varios que no la conocían. En el camino nos cruzamos con varios personajes y amigos del kayakismo, entre ellos Pepe Suarez, Norberto Soriano, Pepo Cano, Gustavo Dobson, Walter del Greco, Toto Soria, el amigazo Ale Carranza, Rony Maeir, Danu de Kayicidas, Vickingo, la India, Capitán Burbuja y muchos mas con los cuales compartimos lindos momentos durante la estadía en la isla. Pasamos por el cementerio, el Monumento a Ambos Pueblos, el camino de la selva donde encontramos la nidada de garzas y tomamos unas buenas fotografías de los pichones que no paraban de chillar y por ultimo el barrio chino que parece estar detenido en el tiempo.

Al mediodía almorzamos chorizos y paty a la parrilla, estaban exquisitos. Las actividades en el Solís comenzaron a las tres de la tarde, por un lado la clínica de rol, por otro Cabanillas enseñándole a remar a los pibes de la isla, charla de comunicación con Dobson y de nudos con Pepe Suarez. Gran cantidad de palistas estaban reunidos en torno a las interesantes explicaciones. A esta hora de la tarde las nubes no aguantaron más y empezó a precipitar. Silbando bajito volvimos a las carpas donde tuvimos rato libre para hacer lo que quisiéramos, algunos nos tiramos a descansar y otros se fueron a caminar. La lluvia no duro mucho así que ni bien paro nos pusimos a tomar mate hasta que llego la hora de reunirnos en el teatro.


Con paciencia y de forma organizada fuimos ingresando los 280 kayakistas al teatro que esta vez quedo chico. Héctor y Tango al micrófono comenzaron con los agradecimientos a todos los que colaboraron para poder hacer este lindo encuentro. En el telón se proyecto la travesía del Vickingo y Pablo Komer por el rio Colorado y la de Agustín Albarido uno de los chicos de Caralviento. A ellos se les hizo un reconocimiento especial por haber concluido con éxito semejante travesía y todos nos pusimos de pie para aplaudirlos. Después llegaron los sorteos con una bocha de artículos para regalar, el premio mayor fueron dos kayaks, Claudito Darco se gano el Nahuel de Eladio que realmente se lo tenia merecido.
Todo el mundo con la remera roja de la quinta edición levantamos las manos para la foto final. Se hicieron como las doce de la noche y rápido fuimos a cenar al Solís donde compartimos la mesa con Nico, Luquitas y su tío Diego, kayakistas de Bella Vista que habían llegado el viernes por la mañana.
El Mostro de Rio (Mauricio Alvarez) caminando me dijo, el Capitán Burbuja dijo que va a soplar sudestada, le creí. El sábado nos levantamos a las 7 de la mañana, desayunamos con algunos mates y café con leche y levantamos campamento, la idea era estar a las diez en el agua. Efectivamente soplo viento del sur, muchos kayakistas ya se preparaban para salir de la isla. Apure los tramites para salir antes de que el viento se incremente y a las once y veinte junto a la compañía de Ale Carranza dejamos Martin García. Remamos con rumbo a Isla Timoteo Dominguez con unas interesantes olas de popa que fuimos barrenando con entusiasmo y luego viramos a la izquierda para cruzar. El viento fue aumentando de velocidad así que le metimos pala y pala hasta que antes de llegar a la punta de la Oyarbide una de las chicas quebró su remo. La cuchara derecha de la bracsa desapareció y Mónica se pego un sogaca bárbaro ya que quedo indefensa. Al toque Richard le paso el remo de repuesto y seguimos paleando hasta que nos detuvimos en el Lancha Petrel. Debimos la quebradura a que la bracsa ya estaba fisurada y al hacer fuerza para remar en el oleaje la cuchara cedió y se partió de raíz.




Hicimos balsa con los chicos de rosario, Paco, Juancho y el bote extremo Weir que avanzaba a la par de los kayaks. Nos hidratamos, comimos algo y arrancamos otra vez, el viento roto del sur al sudeste y soplaba con fuerza. El cielo con nubarrones grises hicieron bajar la temperatura y cada tanto salía el sol para brillar en el agua.
Finalmente entramos al Mini y bajamos en el parador Ypacarai en el Diablo y Mini donde repusimos energías. Kari y Vicky la habían pasado bastante mal y se les notaba en la cara, el viento y el frio habían echo su trabajo. Comimos sandwuchitos, tomamos un café calentito y nos recuperamos para continuar. El cruce nos había llevado cinco horas.
Remamos por el Diablo con sol, donde apareció nuestro super héroe Spiderman para darle alegría a la tarde, hasta que desembocamos en los Bajos del Temor y otra vez nos enfrentamos al viento, las olas venían de popa y nos divertimos barrenándolas.
Siguiendo la ruta de los palos entramos al Canal del Sueco donde el atardecer ya comenzaba a pintar el cielo de color naranja. Con la última luz cruzamos el Paraná, nos metimos por el arroyo Hambrientos y ya de noche bajamos por el Canal Onda para arribar al Fondeadero a las veinte horas. Desembarcamos y la encontramos a Katerine que nos estaba esperando. Cansados subimos los kayaks, nos bañamos y nos sentamos en el comedor donde nos enteramos que una hora después de nuestra partida el puerto de Martin García había cerrado debido a la fuerte sudestada dejando varados a mas de 40 palistas. Con muchas ganas nos devoramos los exquisitos ñoquis caseros con estofado, ideales para recuperarse después de nueve horas agotadoras de remo. En la mesa algunos palistas apoyaban la cabeza y se le cerraban los ojitos, terminamos con el postre y a dormir.




La sudestada le paso una mala jugada a los que decidieron dormir en carpa. Cuando a la mañana me desperté me asome por la ventana del pasillo de las habitaciones y vi que todo estaba bajo agua. Me fui para el comedor donde ya estaban todos desayunando y comentando lo que habían pasado, algunos llegaron a correr la carpa con tiempo, otros como el caso de Moni y Vicky se despertaron con el agua dentro de la carpa. Se les mojo todo incluso perdieron un celular. Pero bue a mal tiempo buena cara, el domingo de pascua cumplió años Gabrielito así que le cantamos el cumpleaños feliz y cortamos la torta que acompañamos con el café con leche.


El agua seguía subiendo así que no había otra que hacer que preparar los kayaks y volver a Tigre. En el único lugar seco que quedaba los estibamos y a las once salimos del Fondeadero. Tomamos por el pintoresco arroyo Arroyon para refugiarnos del viento que no paraba de soplar. Seguimos por el arroyo Dorado, que por querer pasar por un muelle tapado por el agua me clave arriba de un tirante lleno de clavos y de casualidad no agujereo el casco, doblamos en el rio San Antonio, Tres Bocas, arroyo Abra Vieja, canal Rompani, canal Gambado y cruzamos el rio Lujan para finalmente arribar a la rampa del Club Hispano a las dos de la tarde. Estábamos todos muy contentos de haber finalizado la travesía con éxito así que tomamos la fotografía grupal con la remera del encuentro y poco a poco los kayakistas se fueron marchando. El encuentro estuvo mejor que nunca y la travesía repleta de anécdotas y aventuras que quedaran en el recuerdo. Nos vemos en Martin García 2011.


Lucas Sosa

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