viernes, 6 de agosto de 2010

Remando por Rosario

Cuando uno menos planea un viajecito y decide irse sin pensarlo, en ese viajecito uno la pasa mejor de lo que esperaba. El miércoles hablando por el facebook le digo al Vikingo si se copaba para realizar una travesía corta por el Delta. Me contesto, que lastima por que me voy para Rosario, bueno no importa le digo, será la próxima. Al ratito muy gentilmente me pregunto si quería ir con el, no vacile ni un instante y le dije que si. El jueves prepare la mochila y después del mediodía me fui hasta la localidad de Glew donde Néstor me levanto con el coche para ir hasta su casa en la República de Brandsen. Conocí a su vieja Silvia, me llevo a conocer el apacible pueblo, cenamos unas ricas milanesas de pollo y nos fuimos a dormir.
El viernes a las ocho de la mañana partimos hacia Rosario y el viaje se hizo muy llevadero ya que fuimos hablando de diversos temas y tomando mates. Llegamos a las doce y media a lo de Chapita (Damián) de Plásticos Tigre que nos esperaba con un asadito. Nos quedamos un largo rato tomando mate y charlando mientras el Chapita estaba construyendo un kayak. Muy interesante fue esta visita por que aparte de pasarla de diez pude observar el paso a paso de la construcción de un kayak.
La tarde estaba con un solazo bárbaro y para aprovecharla nos dirigimos hacia la costanera, precisamente a la guardería Buenaventura. Lo saludamos a Ramón y nos encontramos con Virginia amiga del Vikingo y mi nueva amiga del rio. Retiramos un Yamana, un Franki y un Churrasco y a las cuatro de la tarde remontamos el Paraná. Antes de llegar al puente cruzamos y bajamos en una playita de la Isla Verde. Virgi nos cebo unos ricos mates charlámos del rio, de las travesías y del último encuentro en la Isla Martin García. Para estirar las piernas caminamos por una zona donde había lagunitas con camalotes y donde Rosario quedaba de fondo mostrando ese contraste entre la naturaleza y la ciudad. El día fue llegando a su fin y aproveche para sacar unas buenas fotografías del atardecer. Con las últimas luces cruzamos el Paraná, dejamos los kayaks y en media horita llegamos a la casa de Virgi, donde muy hospitalariamente nos alojo durante todo el fin de semana. Gracias Virginia!!!!






Esa noche la pasamos genial hasta conocimos a una famosa y todo jaja, la Chechu de cuestión de Peso se acuerdan? Resulto ser amiga de Virgi y el Vikingo enseguida me vendió como candidato. Cenamos pizza y cerveza junto a la compañía de Berna un amigo de Vir y el Vikingo. Eran las doce y monedas y partimos. Fuimos a buscar a Maxi otro amigo más y salimos a disfrutar de la noche Rosarina. Bar, boliche y larga la noche para contar lo bien que la pasamos jaja.

El sábado Virginia nos despertó temprano por que el día estaba esplendido. Desayunamos, juntamos los bártulos de acampada y partimos a la guardería. Retiramos los kayaks, estibamos y nos pusimos a remar. Remontamos el rio hasta el puente y cruzamos paralelo a este, peleando con las corrientes que se forman entre los pilotes hasta que alcanzamos la otra orilla y pasamos por abajo. Remontamos un km más hasta que descendimos en un claro que había en la costa. Estaban dos amigos kayakistas de Vir con el fueguito encendido y nos convidaron mate. El Vikingo buscaba leña cuando se encontró con una culebrita verde y me llamo a los gritos. Enseguida tome la cámara y tire unas lindas fotografías. Al rato cayo Berna y junto a Néstor pusieron el matambre a la parrilla.







Más gente se sumo a nosotros al llegar el grupo de la escuelita del Colo Weir en botes dobles y singles. Algunas caras conocidas de Martin García y otros a los que no conocía compartieron la tarde tomando mate y charlando. Poco a poco se fueron retirando hasta que solo quedamos los tres disfrutando de la tranquilidad y de una hermosa puesta del sol que pinto de naranja al Paraná. Mientras anochecía Vir armo la carpa y con el Vikingo nos encargamos de buscar leña para mantener el fuego encendido. Cenamos picadita, galletitas con queso, matambrito acompañados de un buen gancia batido que se preparo Néstor. La noche fue muy bonita ya que no hacia nada de frio, y con la luna llena y el puente iluminado dibujando líneas en el agua nos quedamos hablando de la vida.




A las siete de la mañana estábamos arriba ya que como habían entrado algunos mosquitos a la carpa era imposible seguir durmiendo. Estaba fresco con cielo nublado y reavivamos el fuego para calentar el agua para desayunar. Mateamos un buen rato hasta que levantamos campamento. A las diez ya estábamos remando y con corriente a favor bajamos hasta el Paraná Viejo donde encontramos una linda playita para pasar el día. Después de juntar buena cantidad de leña me dedique a explorar los alrededores. Caminando entre los alisos encontré flores de camalotes que quedaron depositados allí por la inundación, nidos de avispas y de aves y mariposas a las que pude fotografiar.




Pasamos una tarde espectacular entre charlas, fuego y el mate que paso de mano en mano hasta que llego la hora de pegar la vuelta. Subimos a los kayaks y en diez minutos ya estábamos bajando en la costanera. Lo bueno que también tienen en Rosario es que en diez o veinte minutos se cruzan con el kayak y ya están sentados disfrutando de la tarde y tomando mates.
Volvimos a la casa de Virginia, nos pegamos un buen baño y nos sentamos a charlar mientras Alejandra y Maxi, ídolos totales, cocinaban pastel de papa. Cayó Maxi (Kung Fu) y todos nos sentamos a cenar deleitándonos con el riquísimo pastel de papa. Fue una excelente velada donde compartimos anécdotas de travesías y muchas risas.
El lunes por la mañana nos despertamos y Virgi nos espero con el desayuno listo. Como queríamos volver temprano armamos las mochilas y con muchos agradecimientos nos despedimos de Virginia. Nuestra última visita fue a la casa de Chapita donde tomamos mate junto a la compañía de Pablo Komer y su esposa. Todavía no habíamos salido de Rosario cuando pinchamos una goma la cual se cambio enseguida y seguimos viaje.
No me esperaba vivir un fin de semana tan lindo, realmente la pase excelente, la pasamos excelente y lo que mejor me llevo de esta escapada a Rosario son los nuevos amigos que conocí. Gracias Vikingo!!

Lucas Sosa

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